La falta de rigor de muchos estudios, el poco control que se tiene de las cosas que se cuelgan en internet y la falta de criterio científico de muchos lectores hacen que una información que no resistiría una primera revisión se convierta en una situación preocupante para muchos padres. Es necesario aprender a discriminar lo que es importante de lo que es superfluo cuando accedemos a documentos que encontramos en internet.
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